lunes, 22 de octubre de 2018

EL JUICIO PRE ADVENIMIENTO COMIENZA EN 1844

El 22 de octubre del 2018, se cumplieron 174 años del inicio del juicio previo al segundo advenimiento de Cristo, también llamado juicio investigador, o juicio final. Estamos viviendo en el tiempo de ese juicio.
El apóstol pedro escribió:
“Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si comienza por nosotros primero, ¿cuál será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios? 18
Y si el justo con dificultad se salva, ¿que sera del impio y del pecador?…
El profeta Daniel, y San Juan en Apocalipsis, narran las mismas escena que vieron y oyeron. San Juan cuenta lo siguiente:
Apocalipsis 14:6-7 Nueva Versión Internacional (NVI)
6 Luego vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y que llevaba el evangelio eterno para anunciarlo a los que viven en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo. 7 Gritaba a gran voz: «Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales».
Elena de White comenta en el libro el Conflicto de los siglos lo siguiente:
“La venida de Cristo descrita aquí no es su segunda venida a la tierra. El viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el dominio y la gloria, y un reino, que le será dado a la conclusión de su obra de mediador. Es esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que había de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844. Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella.
(Aceptar el sacrificio de Cristo en nuestro favor, es tener derecho, a la expiación de nuestros pecados)
Amigo, hermano, si estamos en Cristo, y Cristo en nosotros, no debemos temer al juicio. Pues Jesús es todavía el intercesor, el abogado defensor. Rindámonos a sus pies, estudiemos cada día su Palabra, oremos continuamente y trabajemos en favor de otros, y estaremos absueltos, libres, para irnos con Jesús en su pronto regreso. El viene por ti y por mí. No pierdas la fe y la esperanza, que el galardón está seguro para ti.

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