domingo, 1 de octubre de 2017

CREER LO INCREIBLE

Creer lo increíble
    
Por Moisés Mayán

Regresa y dile a Ezequías, el líder de mi pueblo: "Esto dice el Señor,
Dios de tu antepasado David: He oído tu oración y he visto tus
lágrimas. Voy a sanarte y en tres días te levantarás de la cama e irás
al templo del Señor".
2 Reyes 20: 5 (Nueva Traducción Viviente)

El rey está enfermo. Los médicos cabizbajos se amontonan alrededor de
su cama. Todos los tratamientos parecen fracasar. Familiares y
cortesanos comienzan a prepararse para lo peor. Entonces llega el
profeta Isaías. Un hombre de espaldas anchas y barba enmarañada que
sostiene un bastón nudoso en su mano. Mientras remonta las escaleras
de piedra hasta la alcoba del monarca, en el palacio estallan los
cuchicheos. Un profeta que visita a un rey en su lecho de sufrimiento,
es casi un seguro de vida. Sin embargo, al contrario de lo que piensa
la mayoría, el siervo de Dios es portador de una sentencia de muerte:
"Ordena tu casa que morirás y no vivirás".

No hay más explicaciones. Las palabras sobrevuelan el cuerpo marchito
del rey como aves de rapiña. Es una profecía. Un dictamen de la propia
boca de Dios. Se trata de un caso perdido. ¿Qué se puede hacer?
Ezequías no se resigna, manda a salir a todos de la habitación, y como
un niño, voltea el rostro contra la pared. Llora amargamente y
reclama, repasando en voz alta su hoja de servicios. Está desesperado
y apela a todos sus recursos. No tiene tiempo que perder. Isaías frena
en seco antes de llegar a la puerta del palacio. Dios ha cambiado su
veredicto. El profeta regresa por su camino, pisando con determinación
los escalones de piedra.

El nuevo dictamen es tan bueno que resulta increíble: "A los 3 días,
el rey estará completamente restablecido para vivir 15 años más;
Asiria dejará de ser un peligro para los israelitas, y Dios mismo
protegerá a su pueblo". Esto es demasiado para un moribundo. Ahora
quien está sentenciada es la enfermedad. Le quedan solo 72 horas. "Ah,
olvidé decirle que pongan emplastos de higos sobre las escaras",
vuelve a apuntar el profeta. Como es lógico, Ezequías no lo puede
creer. Necesita una prueba. Su fe se ha resentido tanto que le cuesta
aceptar el milagro. Sabe que Isaías es un profeta verdadero, conoce
perfectamente que Dios no miente, pero aun así no consigue celebrar su
curación. En pocos minutos ha pasado de una sentencia de muerte a un
bono de salud, libertad y prosperidad.

Dios comprende las dudas del soberano, y decide además, otorgarle una
suerte de certificado de autentificación del milagro. Atrasar el
tiempo diez grados. En todos los relojes de sol del país la sombra
retrocede, y Ezequías, completamente restablecido, vuelve a ocupar el
trono. La profecía mortal se desvaneció en el aire.

El dolor continuo en muchas ocasiones carcome la fe. El aparente
silencio de Dios nos erosiona. La esperanza se convierte en una línea
cada vez más delgada, y nuestro esqueleto espiritual se oxida.
Transcurren los días, meses, años, y los problemas perduran, las
enfermedades se vuelven crónicas, el milagro esperado se posterga, las
oraciones parecen rebotar contra el techo y nuestras plataformas
interiores se estremecen. Lo innegable es, que la mayoría de nosotros
no somos titanes. Somos simplemente seres de carne y hueso, frágiles
criaturas que dependemos de Dios mucho más de lo que estamos
dispuestos a reconocer.

Mi deber es decirles que el milagro llega, a veces demora, pero
siempre se produce. Quizás nos encuentre en estado de postración
espiritual, quizás una palabra de fe no nos baste, quizás una profecía
no sea suficiente, entonces abrocha tus cinturones de seguridad porque
vas a viajar en el tiempo. Dios está dispuesto a hacer lo que sea para
reconstruir tu fe, para recuperar tu amor, para que vuelvas a creer en
lo increíble. Hoy, mientras lees esta meditación, es posible que los
relojes de los cielos se detengan, que la sombra retroceda, y una
fórmula sencilla, o un tratamiento natural comiencen a aliviar tu
sufrimiento; es la forma que Dios tiene de confirmar que ya el milagro
que tanto soñaste está ocurriendo.

Domingo 1ro de octubre de 2017

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