miércoles, 27 de septiembre de 2017

DEVOCIONALES. Septiembre 27 de 2017

Miércoles 27 de septiembre 2017  Devoción Matutina para Adultos  Un llamado a los miembros inconversos de la familia

LA FAMILIA DE DIOS


«Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: “En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios”». 2 Corintios 5: 20, NVI

LIZZIE, ¿acaso no crees en Jesús? ¿No crees que él es tu Salvador, y que él ha demostrado su amor por ti al entregar su preciosa vida para que puedas ser salva? Lo único que se requiere de ti es que aceptes a Jesús como tu amante Salvador. Le pido a Dios de todo corazón que él Señor se te revele personalmente tanto a ti como a Reuben [el esposo de Lizzie]. Tu vida en este mundo no es una vida de placer sino de dolor y, si no dudas de Jesús, sino que crees que él murió para salvarte; si acudes a él tal como estás, te entregas a él y te aferras a sus promesas por medio de una fe viva, él será para ti todo lo que deseas en tu corazón.
A todos los que preguntan: «¿Qué debo hacer para ser salvo?», yo les digo: Cree en el Señor Jesucristo. No dudes ni un instante que él desea salvarte, sea cual sea tu condición. Él les dijo a los judíos: «Ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida» (Juan 5: 40, NVI). Que esto no sea lo que se diga de Reuben y de ti, y de quien te ayuda en tu casa. Jesús quiere salvarlos; darles paz, descanso y seguridad mientras vivan; y finalmente vida eterna en su reino. Nadie será obligado a aceptar la salvación. El Señor Jesús no fuerza la voluntad de nadie. A todos les dice: «Elijan ustedes mismos a quiénes van a servir» (Jos. 24:15). La mente y el corazón dedicados a Jesucristo, hallarán descanso en su amor. […] Entonces, amada hermana, tú, Reuben, y la persona que los ayuda, tienen razones para tener esperanza en la misericordia de Dios, y para creer que Jesucristo puede salvarlos. ¿Por qué? ¿Porque están libres de culpa? No, porque son pecadores y Jesús dijo: «No he venido a llamar a justos sino a pecadores para que se arrepientan» (Luc. 5: 32, NVI). Cuando el diablo les susurre que no hay esperanza, díganle que ustedes saben que sí la hay, «porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3: 16, NVI). ¿Qué más puede hacer Dios por ustedes de lo que ha hecho, para que ustedes lo amen? Lizzie, cree. Simplemente cree que Jesús cumplirá lo que dijo. Tómale la palabra y lleva tu alma desesperanzada a los pies de Jesús.
Las manos que fueron clavadas en la cruz por ti, están extendidas para salvarte […]. ¿Te entregarás con una fe confiada a Jesús? Yo anhelo poder tomarte y llevarte al pecho de Jesucristo.
Debes aceptar a Jesús. Él desea darte su paz y la luz de su semblante. Lizzie, mi corazón anhela verte confiando en Jesús, ya que él puede darte su gracia y cargar con todos tus sufrimientos. Él te ama. Él quiere salvarte.— Carta 61, 1891.

Miércoles 27 de septiembre 2017 | Devoción Matutina para Damas | Mical


“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Jacob, y Formadortuyo, Israel: ‘No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú'” (Isa. 43:1).

Mícal, la hija del rey Saúl, tenía sangre real y fue la primera esposa de David. Su amor por él fue verdadero. Como respuesta, David entregó al rey Saúl una dote que podría haberle costado la vida. David no fue obligado a casarse con ella; ella lo amaba, él decidió. Ella era la hija de un rey, que se casaba con un futuro rey. El futuro era prometedor, ya que se amaban el uno al otro.
Pero ¿qué hizo que Mical aborreciera a David más adelante? Desafortunadamente, en esa época de la historia, la mayoría de las mujeres no tenía control sobre sus vidas… ni las mujeres de ascendencia real. Luego de la abrupta partida de David para salvar su vida, el rey Saúl entregó a Mical a otro hombre. Cuando David volvió, reclamó a Mical como su esposa, rompiéndole el corazón al nuevo esposo de ella. ¿Estaba enojada Mical por sentir que David la había abandonado y descuidado poco después de haberse casado con ella? ¿O estaba afligida por la manera en que trató a su segundo marido?
Desde el punto de vista de David, él probablemente quería redimir a Mical del otro hombre, porque ella fue su primer amor. Aunque su vida juntos no comenzó bajo circunstancias ideales, ahora, como rey, la quería con él a fin de solidificar su posición. Pero Mical no estaba agradecida; no buscó corresponder a su amor. Se volvió crítica. Probablemente, se sentía atrapada. Esto hizo que descargara sus frustraciones con sarcasmo, cuando David “se puso a bailar ante el Señor con gran entusiasmo” (2 Sam. 6:14, NVI). Su crítica del júbilo de David le valió un duro reproche. Pobre Mical; había perdido a su primer amor, y ahora atacaba a su rey.
Como elegidos de Dios, a veces nos encontramos en la posición de Mical. Cuando las circunstancias cambian o llegan los desafíos, perdemos ese amor ferviente, dedicado y apasionado que una vez tuvimos por él. Pero así como David no olvidó a Mical y buscó redimirla y restaurarla a su posición de honor como primera esposa, Dios busca restaurarnos de nuestra posición caída como pecadores, y reinstaurarnos como princesas del Rey.
En esos momentos en que no entendemos por qué la vida parece tan fuera de control, ¿cómo responderemos a sus demostraciones de amor? La decisión es nuestra; y esa decisión puede marcar una diferencia entre una bendición y una maldición. Permitamos que Dios nos ayude a tomar la decisión de corresponder a su amor.
Maureen Thomas Fierre



Matutina de Jóvenes: Un día Histórico. 27 de Septiembre del 2017.

Sordos a los argumentos de la razón



“Llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos” (Mateo 10:26, NTV).

El 27 de septiembre de 1540, la Compañía de Jesús (los jesuítas) recibía la autorización del papa Pablo III para actuar como una orden católica. Uno de sus principales objetivos fue liderar la así llamada Contrarreforma, que buscaba detener el avance de la Reforma Protestante en los países que habían pertenecido al Sacro Imperio Romano. En el libro Las huellas de los jesuítas, se afirma: “Los jesuítas, por su mismo llamado, por la misma esencia de su institución, están ligados a buscar, por cada medio, recto o malo, la destrucción del Protestantismo. Esta es la condición de su existencia, el deber que ellos deben cumplir, o cesar de ser jesuítas”.

En su libro El conflicto de los siglos, la escritora Elena de White describe el carácter de esta orden: “En toda la cristiandad se veía amenazado el Protestantismo por formidables enemigos. Pasados los primeros triunfos de la Reforma, Roma reunió nuevas fuerzas con la esperanza de acabar con ella. Entonces fue cuando nadó la orden de los jesuítas, que iba a ser el más cruel, el menos escrupuloso y el más formidable de todos los campeones del Papado. Libres de todo lazo terrenal y de todo interés humano, insensibles a la voz del afecto natural, sordos a los argumentos de la razón y a la voz de la conciencia, no reconocían los miembros más ley, ni más sujeción, que las de su orden, y no tenían más preocupación que la de extender su poderío. […] Era un principio fundamental de la orden que el fin justifica los medios. Según dicho principio, la mentira, el robo, el perjurio y el asesinato no solo eran perdonables, sino dignos de ser recomendados, siempre que vieran los Intereses de la iglesia” (pp. 215, 216).

Pero, a pesar de todos sus esfuerzos, la luz de la verdad lograba esparcirse cada vez más. Tal como había sido al comienzo del cristianismo, la sangre de los mártires era semilla que daba frutos aquí y allá, y la Reforma se extendió por toda Europa, hasta alcanzar finalmente también América. Esa luz disipaba el oscurantismo en que había caído la Europa medieval. Gracias a la Invención de la imprenta, ahora la Palabra de Dios brillaba con nueva luz, iluminando el camino de los hombres hacia la salvación.

Hoy, no olvides que no hay nada que los hombres puedan hacer contra la verdad. Aun cuando todo pareciera estar contra los hijos de Dios, él siempre está en el control. No dudes de permanecer de parte de Dios, aun contra viento y marea. MB


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