viernes, 29 de septiembre de 2017

DEVOCIONALES

Viernes 29 de septiembre 2017 | Devoción Matutina para Adultos | La influencia de Jesús en el hogar

LA FAMILIA DE DIOS
«Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es Santo quien los llamó». 1 Pedro 1: 15, NVI

LA VERDAD, tal como se encuentra en Jesús, no solo hace mucho en favor del que la recibe, sino de los que entran en la esfera de su influencia. El alma verdaderamente convertida es iluminada desde lo alto y Cristo llega a ser dentro de esa alma «una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4: 14). Sus palabras, sus intenciones, sus acciones podrán malinterpretarse y falsificarse; pero no le importa, porque tiene en juego mayores intereses. No toma en cuenta la comodidad presente; no tiene ambición de hacer alarde de nada; no busca la alabanza de los hombres. Su esperanza está en los cielos, y marcha siempre adelante, con su mirada fija en Jesús. Hace el bien porque es bueno hacerlo y porque solo los que lo hacen tendrán entrada en el reino de Dios. Es bueno y humilde y se preocupa para que los demás sean felices. Nunca dice: «¿Soy yo guarda de mi hermano?» (Gén. 4: 9), sino que ama a su prójimo como a sí mismo. Su manera de ser nunca es brusca ni dictatorial, como la de los que no creen en Dios, sino que refleja la luz del cielo sobre la humanidad. Es un leal y valeroso soldado de la cruz de Cristo que sostiene en alto la palabra de vida. Según va aumentando su influencia, va desvaneciéndose el prejuicio contra él, se reconoce su devoción y se respetan los principios bíblicos.
Así sucede con todo aquel que está verdaderamente convertido. Da fruto excelente y al hacerlo anda como Cristo anduvo, habla como él habló, obra como él obró, y la verdad tal como se encuentra en Jesús, por medio suyo surte efecto en su hogar, su vecindario y en la iglesia. Construye un carácter para la eternidad, a la vez que procura su salvación con temor y temblor. Está dando ejemplo ante el mundo de los valiosos principios de la verdad, de lo que la verdad es capaz de hacer en la vida y el carácter del verdadero creyente. Inconscientemente está cumpliendo su parte en la sublime obra de Cristo para redimir al mundo, una obra que en cuanto a su carácter e influencia se refiere, es de largo alcance y socava el fundamento de la falsa religión y la falsa ciencia. […]
El Señor anhela que usted y su esposa sean cristianos en todo el sentido de la palabra y que manifiesten en su carácter el poder santificador de la verdad. Si hubieran forjado tal carácter, sus obras resistirían la prueba del juicio; si el fuego del día postrero se encendiera sobre sus obras tal como son ahora, se echaría de ver que son solo heno, madera y paja. No piensen que esto es severo; es la verdad. El yo se ha inmiscuido en todas sus labores. ¿Están dispuestos a elevarse hasta la elevada norma? — Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 537-538.


Viernes 29 de septiembre 2017 | Devoción Matutina para Damas | Completamente desinformado

“¿Quién puede discernir sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos” (Sal. 19:12).

Nací en Michigan, Estados Unidos, pero cuando tenía dos años mi familia se mudó a California, donde me crié. Cuando estaba en el segundo año de secundaria, me encantaban los deportes. Solía mirar todos los partidos de fútbol americano.
La mayoría de las escuelas secundarias del sur de California fueron construidas frente a colinas, por lo que cada colegio ponía su inicial en la colina, para que todos la vieran. Generalmente, lo hacían usando grandes piedras blancas. Por supuesto, Hoover, mi colegio, tenía una H en su colina. Una noche, luego de un partido, alguien trepó a la colina y transformó la H en una B. Como habíamos jugado contra Burbank la noche anterior, decidimos que el secundario Burbank había hecho la jugarreta. Por la noche, algunos de los jugadores de Hoover fueron hasta la colina del colegio Burbank y transformaron su B en una H.
Como Burbank acababa de jugar un partido contra el secundario Hollywood, los estudiantes de Burbank supusieron que los de Hollywood habían hecho la travesura, así que, fueron a la colina de ellos y transformaron la H en una B. Naturalmente, los estudiantes de Hollywood pensaron que los de Beverly Hills habían hecho eso para “devolverles el favor”, ya que ellos habían transformado su B en una H.
¡Cuántos errores, a partir de conclusiones desinformadas! Muchos estudiantes habían actuado basándose en suposiciones y apariencias, en lugar de sobre una perspectiva equilibrada que tuviera en cuenta todos los factores.
Los entrenadores de los cuatro colegios se reunieron y resolvieron todos los detalles. Así fue que descubrieron que los estudiantes de Beverly Hills, no de Burbank, habían comenzado las jugarretas. Los entrenadores hicieron que los miembros de sus equipos volvieran a los “lugares del crimen” y restauraran las iniciales originales en cada colina.
Me pregunto si, en ocasiones, no cometemos el mismo tipo de error que aquellos estudiantes, cuando pensamos que sabemos quién causó algún problema, pero no tenemos confirmados todos los hechos. Las conclusiones desinformadas y los puntos de vista desequilibrados son las mejores razones por las cuales nunca buscar venganza. Estoy feliz porque el Señor mira el corazón y conoce la verdadera historia completa de nuestra vida. Como nosotros solo podemos ver lo que hay en el exterior, recordemos no juzgar, para no ser juzgadas.
Anne Elaine Nelson



Viernes 29 de septiembre 2017 | Devoción Matutina para Jóvenes | Darwinismo social

“Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse” (Filipenses 2:5,6, NTV).

Ese 29 de septiembre de 1916, por primera vez en la historia, un hombre lograba amasar una fortuna de mil millones de dólares, cuando esa cifra era mucho más valiosa Era el empresario inversionista John D. Rockefeller, fundador y presidente de la Standard Oil, gigantesca compañía que controlaría la extracción, el refinamiento, el transporte y la distribución de más del 90 % del petróleo de Estados Unidos.
Figura mítica, es el hombre más acaudalado de la historia mundial, y fundador del clan de millonarios Rockefeller. Su familia sigue controlando la industria petrolífera, por más de seis décadas posteriores a su muerte. Rockefeller adoptó prácticas monopolizadoras y agresivas hacia los competidores. Esta actitud de dominación y crecimiento monopólico raya en el darwinismo social: solo triunfan los mejores. Así lo expresó Rockefeller: “El crecimiento de un gran negocio es, simplemente, la supervivencia del más apto […]. La bella rosa estadounidense solo puede lograr el máximo de su esplendor y perfume, que nos encantan, si sacrificamos a los capullos que crecen en su alrededor. Esto no es una tendencia maligna en los negocios. Es, más bien, solo la elaboración de una ley de la naturaleza y de una ley de Dios”.
La amalgama entre el capitalismo salvaje y el darwinismo social tienen su máxima expresión en esa frase, en un contexto en que el darwinismo social ganaba adeptos. La mayor expresión de esta filosofía fue el monstruo del nazismo, que aniquiló millones bajo la idea de la supervivencia del más apto. Lo peligroso de aquella idea es aseverar que la supervivencia del más apto es una ley divina, cuando nada podría ir más en contra del carácter de Dios y su Ley de amor. Justificar su práctica capitalista salvaje de aniquilación de adversarios en una “ley de Dios” fue la peor de sus conductas.
¿Qué lleva a un hombre a seguir destrozando competidores, cuando tiene más dinero de lo que él y cuatro o cinco generaciones podrían gastar? ¿Cuál es el límite de la ambición? Rockefeller decía guiarse por una ética bíblica de origen calvinista, pero su amor al dinero y sus prácticas financieras lo contradecían. Bíblicamente, lo importante es lo que podemos dar en servicio a los demás, no lo que podemos recibir y acumular hasta más no poder, o hasta el límite de despojar a otros de su necesario sustento.
Hoy, decide seguir el ejemplo de Cristo, que se despojó a sí mismo y dio su vida en rescate por muchos. Llegó a ser hombre, siervo y humilde, solo para rescatarnos. MB


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